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El láser deshumanizador

Foto del escritor: Diego KraljevicDiego Kraljevic


Candidaturas, estrategias electorales, descomposición del poder judicial, parálisis legislativa, surgimiento de la extrema derecha negacionista, funcionarios que no funcionan, híper endeudamiento: todo está relacionado con las hostilidades que se volcaron contra un espacio político que supo distribuir la riqueza, ampliar derechos y ubicar al debate por dentro de los márgenes de la realidad.

En tal sentido, la deshumanización de todo un espectro político, con tendencia a ser mayoría, se viene naturalizando artera y específicamente contra Cristina Fernández de Kirchner, la líder del espacio popular.

Agredida sin límites, perseguida con causas inventadas y promocionadas por la artillería mediática.


Invadida, afectada en su intimidad personal y familiar, acosada constantemente por citaciones judiciales tendenciosas, allanamientos intimidatorios y excluida de todo acto de justicia, incluso el de la reivindicación popular a través de las urnas.


¿Cómo llegamos a naturalizar esta situación, nosotros que tenemos una historia plagada de condicionamientos, proscripciones y persecuciones políticas?

La retórica nos respondería con explicaciones sobre la acción de los poderes fácticos, la hegemonía mediática y el lawfare (Guerra judicial). La historia, por su parte, nos replica con la evidencia que surge del pasado: la “deshumanización”.


Joseph Goebbels, podría calificarse como el padre de la deshumanización. Fue ministro de propaganda nazi, utilizó el cine, la televisión y la radio para naturalizar situaciones impensadas. Por ejemplo, logró volver a introducir en Alemania –y luego de la gran guerra- el concepto de “Guerra total”, que implicó la movilización de todas las fuerzas disponibles, ya sean humanas, militares, industriales, agrícolas, naturales, tecnológicas, científicas, o de cualquier otro tipo, con los fines de destruir razas e invadir países.

El aparato de guerra comunicacional del nacismo logró deshumanizar a sus enemigos, pero también a millares de jóvenes alemanes caídos en batalla. Naturalizo la muerte y concentró a toda la población en el esfuerzo bélico, creando y promocionando héroes, malditos, victorias, mártires, traidores y cobardes.

Goebbels, también convenció a los alemanes sobre la responsabilidad que tenían los judíos en la problemática económica del país. La campaña sucia contra el pueblo de David no tardo en expandirse por los medios de comunicación, sobre todo desde las radios, que el ministro envío a fabricar a precios económicos para que se multipliquen en toda la geografía germánica.


La propaganda del odio se enfocó en la deshumanización de las razas que conspiraban contra la supremacía racial. Los judíos, culpados de organizar el orden económico mundial contra Alemania, se convertían en el enemigo interno que había que exterminar. En discursos, panfletos y posters publicitarios se los identificaba como parásitos que carecían de sentimientos, cegados por la ambición y la avaricia.



FOTO: Un joven mira la caricatura antisemita en el escaparate de la oficina de Der Stuermer en Danzig. El afiche dice: "Los judíos son nuestra desgracia." Danzig (actualmente Gdansk), 1939.)


No hay ejemplo más contundente que la deshumanización concretada por la propaganda Nazi. En la nómina del holocausto - alimentada por diversas prácticas discriminatorias debido al origen étnico, religioso, creencias políticas, o preferencias sexuales- figuran: judíos, soviéticos, polacos, serbios, gitanos, masones, eslovenos, republicanos españoles, testigos de Jehová, homosexuales y discapacitados.

La discriminación de la raza negra en EEUU y su consiguiente deshumanización también es una realidad comprobada en la historia, que continua hasta nuestros días.


Maltheus Avery, Ciudadano norteamericano, estudiante de 24 años y veterano de guerra, casado y con una hija, tuvo un accidente de auto. La ambulancia lo llevó a Duke Hospital, Carolina del Norte.


Necesitaba una operación para salvar su vida. Pero los doctores dijeron que todas sus camas negras estaban ocupadas.


Había doctores, camas vacías, equipos. Le habrían podido salvar la vida, pero lo dejaron morir porque era negro. Los médicos tomaron esa decisión.



En la historia de nuestro país también han existido discriminaciones que desembocaron en la deshumanización de grupos y personas, que perduran hasta hoy en el desprecio de clase y en los prejuicios ideológicos, con la misma hipocresía de los discursos nazis y con mentiras similares sobre la condición democrática ejemplar -aquí republicana- que se proclama desde el gran país del norte americano.

“La república oligárquica se disponía a tirar la casa por la venta para conmemorar el centenario de la revolución de mayo. El gobierno de Figueroa Alcorta invita a visitar la Argentina a la infanta de Borbón, tía de Alfonso III. Y así se precipito gozosamente sobre el país una nube de personajes, embajadores y príncipes, escritores ilustres, gerentes, capitalistas y truhanes de marca. Venían de los cuatro rincones del viejo mundo a visitar el soberbio emporio triguero del Plata”. (1)

La central obrera sindicalista advertía: “La huelga general estallará en la víspera del 25 de mayo como un mentís a cuantas libertades quieren celebrarse y exhibirse ante el mundo civilizado”.


El gobierno respondió con la ley de residencia y drásticos operativos represivos contra los obreros, sus organizaciones y sus imprentas.


Al mismo tiempo que, con toda impunidad, salían a las calles las bandas blancas del patriotismo oligárquico. Quemaron el barrio del once, habitado por judíos, y arremetieron contra los gringos pobres, que no respondían a los cánones del hidalgo español.

Uno de estos matones incendiarios de la oligarquía porteña mató de un tiro de revolver a un niño lustrabotas porque no le hacía brillar bastante los botines.

Estos acontecimientos se hallan borrados de la historia argentina. Se trataba de las travesuras de los niños bien de Buenos Aires. Para ellos los inmigrantes son “gringos” o “gallegos”, acreedores de motes viles, mientras un capricho de la casualidad no los saque de pobres, estos desgraciados que proporcionan bloques de oro a cambio de un pedazo de pan, no son sino “hijos de la gran puta”. En 1890 los “muchachos” de los cantones se solazaban en fusilar metecos distraídos. Mataron así a muchos trabajadores que cruzaban las calles, albañiles en los andamios, etc. Llamaban a la chistosa operación “cagar gringos”. (2)



FOTO: El presidente Figueroa Alcorta junto a Isabel de Borbón, representante de España en los festejos por el Centenario de la Revolución de Mayo


Existen dos formas para deshumanizar: la animalización y la mecanización. La primera consiste en considerar que los miembros de un grupo humano son incultos, poco cívicos, carentes de racionalidad y autocontrol. La segunda, la mecanización, surge cuando se percibe a los demás como si fueran personas frías, superficiales, carentes de emociones e incapaces de interactuar con el mundo que las rodea.

¿Te suena?

Sobre los Kirchneristas se derramaron ríos de tinta para castigar la negritud del populismo: animalizados y mecanizados por la línea editorial del poder. Esas hordas humanas que, transportadas en colectivos a la plaza de mayo con el cebo de un choripán, festejan la presencia de la reina de la frialdad.


El ataque mediático constante contra grupos o personas, los discursos de odio, la estigmatización, la eliminación de derechos; son una forma de no reconocimiento humano, que logra taladrar las barreras morales de la sociedad.

La investigación del atentado contra la vicepresidenta es una muestra de cómo el sistema vigente se aprovecha de la deshumanización instalada.

La jueza Capuchetti y el fiscal Rivolo decidieron ocultar la trama política que motivó el intento de magnicidio.

El diputado Milman, presentó un pedido de informes sobre la custodia de la expresidenta, horas después de que se abortara el primer intento de asesinato, por las inseguridades propias que la falta de información provoca en la banda de novatos.

Horas antes de la agresión, un testigo escuchó a Milman expresar a modo de festejo, en un bar porteño próximo a la cámara de diputados: “Cuando la maten voy a estar camino a la costa”.


Tanto la jueza como el fiscal decidieron prescindir de esta línea de investigación, para ocuparse únicamente de los autores materiales; incluso cuando una de las acompañantes de Milman -en el Bar- declaró que por indicaciones del diputado concurrió a la oficina de Patricia Bullrich para que le borren el celular (Milman es la mano derecha de Patio Bullrich en la provincia de Buenos Aires).


Los funcionarios judiciales también decidieron anular, en la causa - que supuestamente investiga el intento de magnicidio- la línea que investiga los sucesos violentos pergeñados por el grupo Revolución Federal, que financiado por la familia Caputo, amigos íntimos de Macri, desataron un espiral de violencia nunca antes visto en la democracia recuperada. Este grupo tenía vínculos con los copitos de Bullrich y Milman.


Al mismo tiempo un abogado penalista, de los más caros de Buenos Aires, asesor de un senador de cambiemos en la bicameral de inteligencia, patrocina al jefe de la banda que intento el magnicidio. Se llama Gastón Marano.

Queda claro que la investigación es un fraude, un liso y llano encubrimiento de la pista política, sustentado por el cerco mediático de la mafia de Magnetto y sus compinches.


La deshumanización que pesa sobre Cristina y todo su arco político termino siendo la puerta de entrada para la descomposición de todo el sistema político.


Ha nacido en Argentina un nuevo régimen de cosas donde jueces y fiscales hacen política con alegatos y sentencias, mientras que la corte suprema suprime al legislativo y al ejecutivo con acordadas y fallos que protegen a los trescientos apellidos más promitentes del país - los mismos que fugaron los dólares del endeudamiento- pasando por encima del estado de derechos y del voto popular.

Este es un régimen que extorsiona y persigue políticos, empobrece trabajadores y asegura la escandalosa rentabilidad de los sectores dominantes que lo controlan todo; desde los alimentos básicos hasta la agenda mediática del país.


A cristina la proscriben con la sentencia de una causa trucha y con ello mantienen amenazado a todo el peronismo, al mismo tiempo que dejan en el limbo la pista política del atentando. Dos amenazas latentes que se mantienen flotando en el aire: proscripción y bala.


Si la democracia cae en manos de las mafias estaremos condenados a la fase siguiente de la deshumanización, que tristemente figura en las crónicas de la historia.



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*1 y 2: Revolución y contrarrevolución en la argentina. La bella época (1904 - 1922)

JORGE ABELARDO RAMOS

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