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La estrategia del litio *

Foto del escritor: Diego KraljevicDiego Kraljevic


Todos coincidimos en la importancia del litio como una oportunidad para crecer, pero poco se conoce sobre la forma de articular políticas que puedan concretar en la realidad todo el potencial que el “oro blanco” puede significar para el futuro de los argentinos.

El litio ha sido un componente clave en diversos tipos de industrias y productos, fundamentalmente desde las cerámicas y los vidrios hasta la energía nuclear, pasando por las grasas lubricantes, los aires acondicionados, las gomas sintéticas y el aluminio. También es el principal insumo en la producción de psicofármacos de aquellas patologías que más han crecido en los últimos tiempos (depresiones, insomnios, bulimia, trastornos bipolares, hiperactividad, ansiedad, drogadicción, ataques de pánico, alcoholismo, entre otras).

En el inicio del siglo XXI con la revolución nanotecnológica el litio cobra un impulso inusitado. Nuevos productos irrumpieron en el mercado, reemplazando por su precio y calidad a modelos que, de golpe, resultaron obsoletos. Así productos que funcionaron como vanguardia en la era analógica quedaron fuera de circulación por la nueva etapa digital informática con las telecomunicaciones e internet.

Los cambios en el mercado ubican al litio como un recurso estratégico de cara al futuro, que oscila entre los nuevos productos tecnológicos y el cambio en la combustión de vehículos, dado por un nuevo criterio de sostenibilidad del ambiente y el agotamiento del petróleo.

En tal sentido, al día de hoy, las baterías de litio son capaces de ofrecer mayor capacidad, menor peso y mayor potencia, todo ello a bajo costo y sin riesgos de acción cancerígena para los usuarios, en comparación a los productos en base al niquel y al cadmio, que tendieron a caer.



Su uso para la fabricación de baterías de autos eléctricos ofrece una forma de almacenar energía eléctrica con niveles de potencia, autonomía y tiempos de recarga aceptables.

Los automóviles eléctricos -vehículos eléctricos (VE), vehículos eléctricos híbridos (VEH) o enchufables requieren de un tipo especial de batería para almacenar la energía generada, ya sea por el motor a combustión interna o por otros medios. El litio se adapta perfectamente a esta transformación, que ya resulta inexorable.

La principal promesa a futuro con respecto a la utilización del litio, gracias a convertirse en el insumo clave de los nuevos tipos de baterías, es principalmente viable a partir de la extracción de las salmueras, ya que esta fuente es la más rentable para alcanzar el grado de pureza necesario, lo cual acota el número de países en condiciones de explorar el recurso para ese fin, reduciéndose prácticamente a cinco: Estados Unidos, China, Argentina, Bolivia y Chile.

Por su parte, Argentina, Bolivia y Chile conforman lo que se ha denominado el triángulo del litio, concentrando el 55% de las reservas mundiales y el 85% de los depósitos de salmueras. Es por eso que la revista Forbes comenzó a hablar de la unión de los tres países como la “Arabia Saudita del Litio”, ya que guardan las reservas de materia prima para acumular la energía que se proyecta como indispensable hacia el futuro, al igual que lo fue el petróleo durante el siglo XX.

Rodolfo Tecchi, ex Director de la Agencia de Dirección Científica y Tecnológica del Ministerio de Ciencia de la Nación Argentina, trató de hacer proyecciones: “Se podrían establecer mecanismos de control de la oferta de carbonato de litio, evitando distorsiones por sobreproducción que impliquen bajas en el precio internacional”. Las cuales afecten la rentabilidad de los tres países, atisbando que “en un futuro cercano, y con una producción plena, Bolivia, Argentina y Chile van a manejar el mercado del litio. Podrían hacerlo en una suerte de OPEP”(Organización de Países Exportadores de Petróleo)

La idea de la creación de organismos supranacionales requiere que además de contar con el recurso es necesario tratar de aumentar las regalías, ser parte de los que poseen la tecnología para generar industria, para que el litio no salga a granel, sino en forma de baterías.

En tal sentido, un acontecimiento positivo ha sido la creación de YPF LITIO, a partir de la cual la petrolera estatal intentará transformar el litio en celdas y acoplarlo en un desarrollo concreto de baterías, dando inicio a la construcción de una planta industrial de baja escala.

Con claros y oscuros, Argentina va diseñando tímidamente una estrategia en relación al litio, donde los actores se dividen entre el extractivismo y la aspiración de ubicarnos entre los principales productores a escala planetaria.



Resulta necesario aclarar que no existe, en relación a las baterías de litio, una fabricación 100% nacional. Hasta China se ve en la necesidad de importar del Japón, único país que cuenta con membrana separadora, desarrollo que viene produciendo desde hace 20 años.

Como casi siempre en nuestro país, ha comenzado la lucha eterna del combate entre “los señores de la urgencia” frente a los “paladines de lo importante”.

La cámara minera de Salta, por ejemplo, piensa que es mejor dejar de destinar tiempo y dinero a una meta casi imposible, y conformarse con producir litio al estilo Chile, país lleva más de treinta años con la explotación y jamás pensó en baterías.

Otro peligro que conlleva el litio para una exitosa industrialización está relacionado con los tiempos propios para alcanzar el producto. Entre la detección del material, hasta la obtención de su primera producción para la venta, demora cerca de 5 años. De esta manera aunque las tasas de rentabilidad puedan ser muy altas, los tiempos de espera encarecen mucho los emprendimientos. Es por eso que el negocio minero, en general, necesita asociarse con grupos financieros y bancarios, abriendo el camino para el capital transnacional, ya sea netamente minero o financiero.

A partir de esta breve descripción de factores resulta clave la presencia del Estado Nacional en la estrategia del litio. Por sus capacidades tecnológicas y asociativas en cuanto a la propensión por industrializar, agregar valor y alcanzar metas de crecimiento con características distributivas.

En el caso Argentino, la explotación legal de los recursos mineros corresponde a las provincias, gracias a los cambios realizados en el Código de Minería a mediados de 1990 las provincias pasaron a ocuparse de la administración de los recursos mineros y del subsuelo en sus espacios geográficos.

En tal sentido, la explotación de sus recursos naturales a manos del capital transnacional minero parece ser un destino inexorable para las administraciones federales. Por ejemplo, la provincia de Catamarca hizo pasar su producto bruto geográfico (PBG) DE 1.937 millones de Pesos en 2003 a 4.166 millones en 2006, principalmente por la entrada en actividad minera de Bajo de la Alumbrera. Por su parte la minería representó el 94,8% de las exportaciones de la provincia en 2011. De igual modo San Juan hizo crecer su PBG de $2.407 millones a $4.407 millones entre los años 2003 y 2009, fundamentalmente gracias a los yacimientos de Veladero, siendo la minería la responsable del 76% de sus exportaciones en 2011.

Sin embargo, más allá de los espectaculares números que pueda arrojar la minería en algunas regiones y provincias, no puede descuidarse que el crecimiento económico estuvo lejos de producir avances productivos o sociales. Tampoco es menor destacar que pese al enclave extractivo las provincias sólo sobreviven presupuestariamente gracias a las transferencias otorgadas por el gobierno central, sin lograr siquiera aumentar su tejido industrial o la cadena local de proveedores.

Es imperioso considerar al litio como un recurso estratégico, por su dimensión geopolítica, al nivel del Gas, la electricidad, el agua o del petróleo.

Resulta indispensable la presencia del Estado Nacional para direccionar estrategias comunes con otros estados, amortizar los tiempos, asociar capacidades y eludir un esquema de saqueo con características similares al sufrido a manos de gran bretaña durante el siglo XIX

¡El futuro llegó hace rato!




*Bibliografia: GEOPOLÍTICA DEL LITIO. INDUSTRIA, CIENCIA Y ENERGÍA EN ARGENTINA.

Fruno Fornillo (Coordinador)

Capítulo 1. El mercado del litio desde su perspectiva global: de la Argentina al mundo. Actores, lógicas y dinámicas. Por Julián Zicari.

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